El Camino de la Frontera hereda este nombre por razones históricas, ya que marcaba los límites políticos y físicos de las dos Andalucías existentes durante la época bajo-medieval, convirtiéndose en camino de peregrinación.

Las localidades sevillanas que componen el camino jacobeo de la Frontera están vinculadas a la misma por su pertenencia a la antigua Banda Morisca y por la estrecha relación santiaguista de muchas de ellas, que se constata por la unión con el Priorato Leonés de Santiago en la encomienda jacobea de Estepa, donde el Camino de la Frontera se convertía también en Camino de Santiago. Según las crónicas y leyendas, el apóstol Santiago el Mayor estuvo predicando en Osuna y sus tierras colindantes con anterioridad al año 43.

Este sendero posee una ruta trazada y documentada históricamente y es el menos conocido de los tres caminos andaluces, el de la Vía de la Plata que parte de Sevilla y el Camino Mozárabe con origen en Almería.