En Casariche, la celebración del final de año tiene una forma muy particular de vivirse. Al igual que en numerosos puntos de la geografía española, los vecinos se acercan hasta el reloj de la plaza José Ramón Parrado Cano, donde se encuentra el Ayuntamiento de la localidad, para oír las doce campanadas que darán paso al nuevo año. La peculiaridad reside en que la mayoría de los asistentes, acuden hasta allí disfrazados, bien sea de forma individual, en parejas o grandes grupos de personas, en los que en numerosas ocasiones aparecen acompañados de alguna escenificación.

Tras las despedida del viejo año y la bienvenida al nuevo, tiene lugar un espontáneo desfile que cubre desde el Ayuntamiento de Casariche hasta la avenida de la Libertad, pasando por la calle Raúl Berral. El ambiente por las calles del municipio es inmejorable, durando hasta altas horas de la madrugada.